Hoy 9 de Marzo, Miércoles de Ceniza, comienza el tiempo litúrgico de Cuaresma, tiempo de preparación para la celebración de una nueva Semana Mayor.
La ceniza, del latín "cinis", adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27.
El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval),se realiza el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.
A las 7´30 de la tarde comenzará en la Parroquia la Santa Misa con imposición de la ceniza. Este año tampoco veremos la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia presidiendo el altar mayor como marca la tradición. Si los años anteriores la causa fue el cierre del templo tras el incendio, este año son unas odiosas palomas que han conseguido instalarse en la linterna de la cúpula manchando toda la zona del presbiterio donde se coloca la imagen del portentoso crucificado de 1636. Mientras se soluciona el problema, a la espera de que mejore el tiempo y se pueda acceder a la cúpula por el exterior, los devotos del Cristo tendrán que conformarse con visitarlo en su hornacina.