Hoy jueves, el prioste y los jóvenes cofrades están ultimando el altar de cultos. Velas, flores, pequeños detalles, para que mañana los hermanos puedan deleitarse en el encuentro con sus titulares. Enhorabuena por el trabajo callado de la priostía, que en muchas ocasiones no se valora, se da por sentado, sin tener en cuenta la labor de las personas que se afanan por mejorarse cada año. Sin unos buenos cultos que nos ayuden a preparar el espíritu la hermandad sería una corporación sin sentido. Dar culto a los titulares, uno de los fines de cada hermandad, no solo se hace por las calles de nuestros pueblos y ciudades, sino también de manera menos conocida y solemne en la penumbra de nuestros templos.
